Modo Karaoke ON
Cuando doy sesiones para ayudar a mejorar las capacidades de hablar en público me doy cuenta de que uno de los principales problemas que tiene la gente es la musicalidad.
Cuando hacemos una presentación y queremos sorprender al público tendríamos que ponernos en «modo Karaoke», es decir, dejar la vergüenza a un lado aunque desafinemos y tampoco sepamos la letra del todo. Hay gente que canta muy mal, pero se atreve a salir al escenario y hacernos sufrir. Supongo que el alcohol en muchos casos ayuda a lanzarse, aunque en un entorno profesional no sería demasiado recomendable. Por lo tanto tenemos que buscar otras estrategias que nos ayuden a liberar la tensión propia de hablar en público.
Los que por suerte no tenemos miedo escénico tenemos ventaja, pero esto no pasa de un día para otro, es cuestión de exponerse muchas veces para ir aprendiendo como estar más cómodo en escena.
Como dicen muchos artistas veteranos, SIEMPRE hay un cosquilleo antes de salir al escenario y eso es la muestra que te importa lo que vas a hacer y que hay una posibilidad, por pequeña que sea, que salga peor de lo que tenías previsto. El riesgo existe, pero la seguridad tiene que superar estos miedos.
HABLAR ES COMO CANTAR
Cuando hablamos, se van dibujando unas notas imaginarias en un pentagrama que no visualizamos, con un tono, un tempo, un timbre, unas pausas… que se podrían reproducir posteriormente con un instrumento o la misma voz. Una obra musical monotónica normalmente es más aburrida que una con grandes variaciones, entonces, ¿POR QUÉ hacemos charlas tan aburridas? Sé la respuesta: por seguridad.
Cuando arriesgas poco en un discurso tienes la sensación que lo controlas más, y aunque sea soporífero para el público, sabes que llegarás al final sin grandes problemas. Sacrificas impacto final por tu salvación. Es muy humano, pero poco eficiente si quieres que después de tu charla suceda algo interesante.
Por lo que he observado durante estos años la gente más joven habla muy rápido cuando presenta para que sea acabe lo antes posible, pero el efecto es todo lo contrario, se encallan porque les falta habilidad y lenguaje y se ponen más nerviosos. LA PAUSA es un gran recurso que funciona muy bien en la radio, crea expectativa, deja espacio mental al público para procesar lo dicho anteriormente y ayuda a coger fuerzas para la siguiente parte de nuestro discurso.
Un discurso puede ser para vender, convencer de una idea, motivar, presentar objetivos de la empresa y muchas cosas más, pero lo que hay que tener claro es que si al público no le gusta la música de la canción, no recordarán la letra.
LOS ÉXITOS DEL VERANO FUNCIONAN
Una canción pegadiza tiene una letra fácil de recordar, muy repetitiva y una estructura musical simple. La mayoría de los éxitos del verano son musicalmente mediocres, pero los recordamos toda la vida porque van acompañados de GESTOS que permiten al público retener más la canción y lo más importante, PARTICIPAR. Si no repasemos: Aserejé, La Macarena, Levantando las manos, Mayonesa, la Lambada, el tiburón, los pajaritos, Este es el secreto usar recursos para que el público recuerde nuestra canción.
De la gesticulación hablaremos más detenidamente otro día, pero ayuda mucho a que llegue nuestro mensaje lo que pasa que todavía nos da más pánico mostrar nuestro cuerpo.
El reto es que nuestro discurso no sea música de brasería, de ascensor o de relleno mientras conducimos. Para crear un éxito del verano tenemos que arriesgar y la cantidad de canciones que intentaron triunfar y no lo hicieron será superior a las veces que no nos funcione una presentación a nosotros.
Entonces, ¿Estás diciendo que un contenido justito bien presentado funciona más que grandes contenidos presentados con poca gracia? DEFINITIVAMENTE, sí. Evidentemente lo mejor es buen contenido y bien presentado, pero si lo hiciéramos todos perfecto este artículo no tendría sentido.
*Contactad conmigo para info sobre charlas y formaciones.
Fotos: Pexels.com
Autor: Pau Font – 2023